Desde el nacimiento del universo hasta hoy en día el hombre ha alcanzado varias metas en diferentes campos: en la electricidad, en las comunicaciones, en los transportes, en la medicina y en la tecnología. Sin embargo, la igualdad de género parece ser una conquista demasiado lejana. La ONU estima que 1 de cada 5 mujeres sufre violencia a lo largo de su vida. La violencia contra las mujeres puede manifestarse de diferentes maneras, y no se limita a la violencia corporal. En efecto, puede ser: física, si la mujer es herida; psicológica, si la mujer es ofendida de alguna manera y denigrada por el uso de la palabra; económica, si la ganancia de la mujer es controlada o sustraída; sexual, si la mujer es abusada de su cuerpo o recibe palabras o juicios que la objetiven; social, si la mujer es aislada de la sociedad por fenómenos como los celos. Según un estudio de Istat en 2014, casi 7 millones de mujeres han sufrido violencia. La violencia contra las mujeres, independientemente de cómo se manifieste, es un delito: no hay violencia que no vaya en contra de los derechos de la persona. La ONU ha establecido como Día Internacional para la eliminación de la violencia contra las mujeres el 25 de noviembre. Este día fue elegido en honor de las tres hermanas Mirabal (Patria, María Teresa y Minerva), torturadas y asesinadas en 1960 por la dictadura dominicana a causa de su activismo político. En 2009, la artista Elina Chauvet en honor a las mujeres víctimas de la violencia colocó en una plaza 33 zapatos rojos. Con el paso del tiempo, incluso el banco rojo se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia. En caso de violencia, una mujer debe tener el valor de hablar con sus seres queridos, denunciar y llamar a la policía. La violencia que sufren las mujeres cada día es fruto de la sociedad machista en la que vivimos, es consecuencia de los prejuicios y estereotipos de género que siguen circulando. Los estereotipos según el diccionario italiano “Treccani” son “opiniones preconstituidas sobre personas o grupos, resultado de una falsa operación deductiva”. Para decir no a la violencia contra las mujeres es necesario sensibilizar desde niños a la educación y al respeto, anulando y falsificando los estereotipos. Estos, de hecho, endurecen la mentalidad de los niños y limitan su visión del mundo. Por lo tanto, es importante difundir entre los niños la idea de que todos, hombres y mujeres, deben tener las mismas capacidades, las mismas oportunidades y los mismos derechos.