Cada uno de ustedes debe haber escuchado a alguien decir que “ir al psicólogo es para personas que tienen problemas mentales”. Desafortunadamente, este tema sigue siendo tabú, no todos entienden la importancia de esta figura y solo la ven como un médico que “cura” al paciente. Sigue siendo difícil dar a entender que esa no es su tarea, pero el psicólogo es una figura importante porque durante el curso de la vida, uno puede encontrarse con varios momentos de dificultad, donde se tiene la percepción de no tener una salida. Pueden ser problemas relacionados con muchas situaciones que ocurren todos los días, como: cambios, separación de otras personas, problemas cotidianos en la familia, en la escuela o en el entorno laboral. Se atraviesan varios momentos de estrés, miedo y ansiedad que ya no logran que la persona viva tranquilamente. Por eso la ayuda de un psicólogo es necesaria porque: primero es un apoyo psicológico en un momento de dificultad momentánea y luego es una figura a la que podemos decir todos nuestros problemas sin ser juzgados en negativo, con el que se puede hablar de todo, desahogándose y decir todo lo que pasa por la cabeza; él ayuda, con consejos, a tratar de encontrar alguna solución para superar los bloqueos que han llevado a estar allí. La terapia puede ayudar a favorecer el cambio y a cuidar el propio bienestar personal, ya que lleva a comprender las propias capacidades con el fin de superar los diversos bloqueos. Ir al psicólogo debe definirse como una forma de apoyar el nivel de salud mental equilibrada. Por lo tanto, en conclusión, es aconsejable recurrir a este especialista cuando un problema comienza a afectar negativamente la vida de una persona, y absolutamente no hay que renunciar a él, ya que un pequeño problema puede convertirse en algo más serio.